tag:blogger.com,1999:blog-38856460331817505712024-03-13T08:59:13.506-07:00HimanistasObservaciones escritasFedericohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.comBlogger105125tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-76488921009276992172011-11-14T10:57:00.000-08:002011-11-14T10:57:41.709-08:00Donde hubo casas edificios quedan<div class="yiv709817697MsoNormal"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvy3YTskHtuJWxBXHVjtVo180Pnl_AMvg2dz7NsldYo3etmjQc7h3LxdVUSzsn82-gTjHMFLPrNyg1wJMkjpBBJm037tnxYXwdvqhyphenhyphen7C7GRl5oY1Y1u2iaFaFaUwC-1rlP40ddSROZQgcS/s1600/images.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="304" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvy3YTskHtuJWxBXHVjtVo180Pnl_AMvg2dz7NsldYo3etmjQc7h3LxdVUSzsn82-gTjHMFLPrNyg1wJMkjpBBJm037tnxYXwdvqhyphenhyphen7C7GRl5oY1Y1u2iaFaFaUwC-1rlP40ddSROZQgcS/s320/images.jpeg" width="320" /></a>Se hace camino al andar, y al andar puede llegar a la Avenida Salvador Maria del Carril. Allí confluían veredas amplias con enormes arboles que en la época primaveral cubrían el manto gris donde se debaten las bocinas, los cambios y el amarillo titilante de los semáforos.</div><div class="yiv709817697MsoNormal">Mi ignorancia en cuestiones arquitectónicas me condiciona, por lo tanto, a decirles simplemente que la avenida tenia esas casas de frente con puerta y ventana a la calle, donde a veces desde afuera uno podía ver un comedor con la pantalla encendida o una habitación con luz tenue de velador añejo; algunas casas de dos pisos alternaban el paisaje, la veterinaria y la panadería. Estaba el puesto de diarios de Nazca y el almacén de la esquina. Algún modernito chalet de ladrillo visto y la irrupción de grandes casas de estilo ignorado (y valga la redundancia) con parques y una distribución geométrica de rosas, jazmines y algún naciente arbolito.</div><div class="yiv709817697MsoNormal">Yo la conocí de noche en los años en que comenzaba a cursar la carrera y fue pararme en una esquina esperando el 21, actual 108, para volverme a Liniers. Después creció la amistad con el inevitable Rodo y vinieron las tardes contemplándola cubierta de hojas secas y bufandas. Como sucede con tantas cosas, el tiempo y sus propiedades mas nosotros, claro está, me alejaron del 110, el 21 y de la esquina de Del Carril y Condarco donde los pájaros del amanecer solían ser nuestra banda de sonido entre risas.</div><div class="yiv709817697MsoNormal">Otra vez el tiempo, que a Bielsa le sigue dando la razón, acercándome a su continuidad llamada La Pampa. Por Barzana hasta “la húmeda” y ahí a la derecha para volver a encontrarla junto a Avenida de los Constituyentes, con la extravagancia de un surtidor en la esquina que invita a comer un <i>paty </i>frente a un cafecito de esos que están siempre ocupados por los clientes de la reunión del día que sea y a la misma hora.</div><div class="yiv709817697MsoNormal">Y ayer, que luego de salir de Teodoro Vilardebo hasta Pedro Lozano de ahí hasta Campana, para cruzar la vía y seguir hasta Avenida San Martin, entre el trafico de un domingo por la tarde y unas cuadras de negocios mudos de persiana, para poder, por fin, verla nuevamente, donde lo característico es la sombra, ya no de los gigantes de copa y raíz sino del cemento “abalconado”. Carteles que venden departamentos puestos sobre casas fracturadas; casas donde la terraza recibía la furia de un torrencial, el abrazo infernal de Febo y las caricias de un descorche tinto y unas brasas encendidas, que pronto serán los cigarrillos apagados que tira con desdén el del quinto piso, alguna que otra botella plástica y la imposibilidad de ver si el cielo está nublado o es una nube pasajera.</div><div class="yiv709817697MsoNormal">Yo no sé si donde hubo fuego ceniza quedan, ahora bien que donde hubo casas edificios quedan (y quedarán) estoy casi seguro…</div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-71515462223256286162011-11-03T09:04:00.000-07:002011-11-03T09:15:09.928-07:00La plaza del hospital<div class="yiv1879510776MsoNormal" id="yui_3_2_0_1_13203359808613379" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEip3t0P-xsK7R3BCZLKV4Wze4LpjUEXHJicDwJJMoXChmd93L4H_E52Op9-l7tGne8TuMRdKGQou2vOgx5v44W2wGEJpQ_eiQ6fN5_H5lh6Rom5zsxjd9_tEGqRcR4Ksrd4Q6qPXylCM-IV/s1600/parque-santojanni.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEip3t0P-xsK7R3BCZLKV4Wze4LpjUEXHJicDwJJMoXChmd93L4H_E52Op9-l7tGne8TuMRdKGQou2vOgx5v44W2wGEJpQ_eiQ6fN5_H5lh6Rom5zsxjd9_tEGqRcR4Ksrd4Q6qPXylCM-IV/s400/parque-santojanni.jpg" width="400" /></a><span id="yui_3_2_0_1_13203359808613378" style="font-size: small;">Caminé por la avenida Emilio Castro unos metros, luego de bajarme del 113, y doble en Martiniano Leguizamón. Pude ver ese chalet enorme que en los tiempo de plaza y contar hasta cien era de los que rompían la hegemonía edilicia del barrio, ese oasis tan cercano y familiar que era nuestro mundo.<br />
Pasé por la guardia del hospital Santojanni y vi a un niño cruzando la calle detrás de una pelota que se había escapado de los límites del terreno, abstracto, de juego. Sonaron las campanas de la Iglesia del colegio San Jose y me quedé observando cómo sus amigos aguardaban el regreso del balón y del amigo-jugador.</span></div><div class="yiv1879510776MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: small;">Lateral para los que atacaban hacia la calle Caaguazú. El arquero de estos, que ocupaba el arco que daba a la calle Patrón sentado al lado del buzo que hacía las veces de palo, escuchaba una radio portátil y gritaba: Gol de Wensel. Banfield 1 - Platense 1. La pelota pegaba en el tobogán y el juego no se interrumpía, algunos hasta tiraban paredes con un árbol que había quedado dentro del campo (y que no podía ser corrido como un perro). Todos corrían de aquí para allá detrás de la pelota que simpática se movía incansablemente.</span></div><div class="yiv1879510776MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: small;">Hubo muchos goles y jugadas discutidas, como esa en la que los que atacaban por derecha (o por la calle Murguiondo) y luego de un centro atrás, uno cabeceo y la pelota fue hacia el arco pero a una altura que al arquero le permitía afirmar y sostener que la pelota había sido "alta" mientras que el otro equipo reclamaba y quería festejar el gol.</span></div><div class="yiv1879510776MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: small;">Corrieron un rato mas. El sol ya empezaba a irse y con el aquellos que vivían a unas cuadras de la plaza y que se habían salteado el almuerzo por el picadito. Los demás se quedaron tirados tomando de la botella que era llenada en la canilla del hospital para no llegar con la boca seca a sus respectivas casas y poder decirles a sus viejos que de poder elegir la mejor cancha para jugar al futbol es y será la plaza...y si es la del Santojanni, mejor!!</span></div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-29144006659165910072011-11-01T09:48:00.000-07:002011-11-01T09:48:39.077-07:00Sueño de divan con zoologico incluido<div class="yiv811978995MsoNormal" id="yui_3_2_0_1_1320165768912149">Como si la imposibilidad subjetiva de poder borrar de su mente lo que ese lunes muy lunes le había deparado en cuestiones laborales no alcanzara, se sentó a ver Godoy Cruz - San Lorenzo. Parecía tener ansias masoquistas de un faquir de 114 kilos sin ropa.</div><div class="yiv811978995MsoNormal">Llegó el momento de dejar caer los parpados y sumergirse en el absurdo de la condensación, absurdo que si uno tiene en cuenta lo ocurrido durante el día, en lo único en que se diferencian es en la miopía a las horas de la luz que posibilita toda visión.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSVeTUN3WYfky3ZMCClxBrfmI3Kohks20t27RVwmkaBRzX8IWGErgx3GDjVgN6Ms4WJPO1jKRQTjLgQABVXqnYg5IrBPPR40DeBrEG7LqiDeMtog739iphJfitlliX9X4QE8D2L-UWmELz/s1600/index.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSVeTUN3WYfky3ZMCClxBrfmI3Kohks20t27RVwmkaBRzX8IWGErgx3GDjVgN6Ms4WJPO1jKRQTjLgQABVXqnYg5IrBPPR40DeBrEG7LqiDeMtog739iphJfitlliX9X4QE8D2L-UWmELz/s1600/index.jpeg" /></a></div><div class="yiv811978995MsoNormal">Estaba en el zoológico de Cutini comprando garrapiñadas para endulzar la gola y unos maníes como para hacerle “el avioncito”, cual cuchara sopera, al elefante que con su trompa, barría las manos de los demás visitantes a las tierras cercanas al complejo de las aves metálicas y a combustible.</div><div class="yiv811978995MsoNormal">Se rió con ganas de los monos y su excitación tan de niño con juguete nuevo. Vio a un hipopótamo y quiso preguntarle que había sido de la época de Pumper Nic. No quiso acercarse a la jaula de los tigres por temerle a las bengalas y compró una manzana bañada de azúcar y con nieve de maíz explotado.</div><div class="yiv811978995MsoNormal">Camino hasta donde estaba la jirafa y en su afán de acariciarla cayó dentro de su marcado territorio y vio como la gente inmutable seguía conversando sobre las propiedades de un cuello tan grande y de un ropaje tan particular, aduciendo que estaba fuera de moda.</div><div class="yiv811978995MsoNormal">No pudo salir hasta que llegó Cutini, que le preguntó cómo había llegado hasta ahí. Dudó y cuando estaba por contestarle, abruptamente se reincorporó en su cama quitándose la almohada de la cabeza.</div><div class="yiv811978995MsoNormal">Hay quienes interpretan los sueños, otros sin embargo, saben que no hay nada peor, que un lunes muy lunes y, que así como cuando éramos niños las de terror eran las que nos provocaban las pesadillas, ver a San Lorenzo puede lograr que uno sueñe con una charla con un hipopótamo que ha cambiado de trabajo…y vos para cuando?</div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-42874181259755455552011-09-22T12:16:00.000-07:002011-09-22T12:16:12.722-07:00Imaginario (no) Colectivo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgO7egLbCrzlsrrSdX-3LQRx6fRGZ8gSEM3KDJKtBuN6edzxK1iJsOlybI7n38xmTpVHvVBc32G4pp6YXEYjDrdgV1lyRa5BXyO9VANbJLtXy-EAd4eySgtqbiNcT6_kiLCwvsyqZhu-uNp/s1600/SAM_1442.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgO7egLbCrzlsrrSdX-3LQRx6fRGZ8gSEM3KDJKtBuN6edzxK1iJsOlybI7n38xmTpVHvVBc32G4pp6YXEYjDrdgV1lyRa5BXyO9VANbJLtXy-EAd4eySgtqbiNcT6_kiLCwvsyqZhu-uNp/s320/SAM_1442.JPG" width="320" /></a></div><br />
Esa entidad abstracta que ha dado en llamarse Himanistas, mutó en hojas mas hojas, que cocidas por las manos de la artesana Guada Gamo de <a href="http://ladoblege.blogspot.com/">la editorial super artesanal</a> (La Doble GE) y engalanadas con una bella y certera tapa se transformaron en una hiperbole u oximoron personal, muy personal!!!Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-5503856316223472892011-07-11T16:10:00.000-07:002011-07-11T16:10:01.350-07:00Entre 80 y 93<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Cansada de escucharme reflexionar sobre los pormenores de la vida colectiva en los colectivos, mi mujer me dijo: “Aprendes a manejar y te compras un auto o hago “la gran Van Gogh” y no te escucho mas”.</div><div> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Ni lerdo ni perezoso (?) me dirigí a la inmobiliaria más cercana y compré (para los dos eh!) un PH modelo sesenta y pico, lindo, cómodo, familiar. Eso sí, anda muy despacio (?)!!!</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El tema es que para llegar al trabajo y debido a la poca velocidad que alcanza “la nave” he decidido seguir invirtiendo parte de mi tiempo entre asientos y monedas, con la particularidad de que al quedar ubicado el estacionamiento en Villa del Parque, debo combinar paradas y colectivos. Producto de ésta combinación es que lo pude ver a él cruzando la avenida Alvarez Thomas en el amanecer de un día que fue y seguía siendo noche por las bondades del invierno y de un país a cuatro <s>quesos</s> estaciones.</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Una vez en avenida Los Incas, se acercó al puesto de diarios que está en la periferia de una Shell. Lo vi dar unas vueltas alrededor del puesto como quien busca un libro en una librería desconocida hasta que indefectiblemente, y producto de la resignación, se acerca al vendedor y pregunta por el tesoro literario. A la distancia pareció que la resignación le ganó, de tal manera, que sin titubear cruzó la avenida y para cuando el 80 arrancó, él ya estaba en la puerta de la Farmacity que está en la intersección de la avenida Chorroarín y Los Incas.</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Estaba fresco, pero con su pullover se ve que la alcanzaba. Los primeros rayos del naciente sol comenzaban a desperezar a los edificios que, entre lagañas y porteros que ya inundaban las veredas, hacían parpadear a sus disimiles ventanas. En mis oídos Piazzolla hacia estallar el fuelle y cuando en el horizonte apareció el 93 lo perdí de vista al intentar contar las monedas que había sacado del bolsillo trasero de mi pantalón.</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">¿Dónde está ese que hasta hace unos instantes acompaño mi espera matinal y citadina con su andar? me pregunte al tiempo que el colectivo se detenía. Subí y cuando arroje la ultima moneda, lo vi.</div><div style="text-align: justify;"> Estaba junto a un árbol y comenzaba a levantar la pata...</div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-84554277272976224272011-05-31T09:30:00.000-07:002011-05-31T09:30:12.938-07:00Pizza, birra y timba<div style="font-family: times new roman, new york, times, serif; font-size: 12pt;"><div> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiebCcseLdHwNkroM1AWWrBCP5sTjP7YfRKK5FKrS5aD2qKUDFSIsfnIVJPedhZaTI1Kfq2gsvGCXy7_5C68rdnUmpLpD2omJFmILDWhpt8EXQu7TvYluDLQYAIhpWpNluJNEnS24KHlDjq/s1600/index.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="238" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiebCcseLdHwNkroM1AWWrBCP5sTjP7YfRKK5FKrS5aD2qKUDFSIsfnIVJPedhZaTI1Kfq2gsvGCXy7_5C68rdnUmpLpD2omJFmILDWhpt8EXQu7TvYluDLQYAIhpWpNluJNEnS24KHlDjq/s320/index.jpeg" width="320" /></a></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;">Unos comensales despues del sorteo se comieron esta "barrilete" de la Lobato </div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Era viernes. Decidimos salir a caminar por las veredas del centro de la ciudad con el propósito de comernos unas porciones de pizza sobre alguna de las pizzerías de la avenida Corrientes.</div><div class="MsoNormal">Fuimos hasta Guerrin pero era la hora indebida. Pretender encontrar una mesa libre a esa hora, las nueve de la noche, es como pretender subirse a la General Paz mano a la Luna a la hora que sea o al subte Línea B en la estación Los Incas a las ocho y cuarto del amanecido día; un imposible, pero si de manyarse una de muzza con faina, el intento lo vale.</div><div class="MsoNormal">Imposibilitados de poder ingresar en las fauces de la pizzería en cuestión, recordé épocas pretéritas, para ser más exacto, lunes después de las 21 allá por el 2007, cuando solía encontrarme con mi primo para terminar en la barra de Banchero, y mientras degustábamos una porción de fugazzeta al mismo tiempo que un chop de fría cerveza, charlar de todo un poco. Que Chicago esto, que tal materia de la facu lo otro, en fin… tal recuerdo me y nos empujó, ayudado por la velocidad de nuestros pasos y el hambre, a la esquina de Corrientes y Talcahuano.</div><div class="MsoNormal">Una vez adentro, que besos van que risas vienen, que “una grande mitad morrones mitad capresse, una gaseosa y un chop de cerveza, por favor”, que gente entrando, que gente saliendo, que “¿qué tal tu día?”, que el trabajo esto y lo otro. Los mozos de aquí para allá, sin poder detenerse un instante; aquel sirviendo dos balones de cerveza que estaban para la foto, otro buscándole una mesa a un grupo de mujeres, otro llevando una grande y una chica a una mesa del entrepiso. El bachero lavando con fruición los vasos y los cubiertos, el cajero con la velocidad que esgrimen los compulsivos de la telefonía celular facturando y la pizza que llega a nuestra mesa.</div><div class="MsoNormal">La tv proyecta el partido que Banfield y Godoy Cruz empatarán 1 a 1. Luego de servirnos mutuamente (la caballerosidad la perdí antes de nacer (?)) y dar los primeros bocados, comenzamos una comunicación gestual a la que nos someten nuestras bocas llenas de pizza y <span> </span>placer. Los ojos se mueven de aquí para allá, los labios se mecen al compas de una boca que no puede ni desea abrirse; la nariz come a su manera.</div><div class="MsoNormal">Laverni marca el final del encuentro y el cajero que abandona unos números por otros, cambia de canal y pone Crónica donde se puede observar el sorteo de las quinielas nocturnas, es en ese instante en el que lo veo a él, uno de los mozos, que aprovechando un momento de quietud y tranquilidad (¿generada acaso?), se apoya sobre una columna del recinto medio escondido y fisgonea el tablero que la pantalla proyecta.</div><div class="MsoNormal">¿Qué numero habrá jugado? ¿Como puede ser el destino tan cruel que han salido ya 19 de los 20 que se sortean y el que falta es justamente el primero, el que sin dudas es el más importante? </div><div class="MsoNormal">Se lo ve ansioso, aprieta fuerte el trapo con el que limpia las mesas, espera que el premio se deje conocer. ¿Cuánto habrá apostado? ¿Qué estará comprando con el potencial premio ganado? Mueve la pierna izquierda sin interrupción, busca la mirada cómplice de uno de sus colegas que a la distancia lo observa con una sonrisa.</div><div class="MsoNormal">Está por llegar el premio, el audio está bajo, sólo se ven las bolillas caer de sus respectivos recipientes, los niños cantores que las toman y cuando por fin el numero se materializará, y con él la alegría o la desazón, de una mesa del más acá llega el grito inoportuno de una clienta: “mozooooooooooooooo”.</div><div class="MsoNormal"><span> </span>Ni los 20 pesos de propina que le dejaron después de pedirle la cuenta y pagar fueron capaces de dibujarle una sonrisa en la cara. </div><div class="MsoNormal">Mi mujer cuando nos íbamos me preguntó por qué me había colgado de esa manera por unos minutos. Yo le dije que era por lo maravilloso de la pizza con cerveza, pero en realidad había jugado el 22 y había salido el 44.</div></div></div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-66278970611208921532011-05-05T08:17:00.000-07:002011-05-05T08:17:29.096-07:00Juan, el saboteador<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQSWvNdHUxxED8Oj53QcOb4x_IXEHt-RnhCZBbNKjWUwlsF5iubraQllgg6tq3Dx9XiCNvhjCCrxE_4lexvJ_VdSvdn9H9-xqtGDRwHWIR2JYg3lr5p3ZBvcr8hypSy1w3nvCereJftTp6/s1600/t040dh03.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="275" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQSWvNdHUxxED8Oj53QcOb4x_IXEHt-RnhCZBbNKjWUwlsF5iubraQllgg6tq3Dx9XiCNvhjCCrxE_4lexvJ_VdSvdn9H9-xqtGDRwHWIR2JYg3lr5p3ZBvcr8hypSy1w3nvCereJftTp6/s320/t040dh03.jpg" width="320" /></a></div><div style="text-align: center;">Juan es el de remera rojo fuego (?)<br />
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<div style="font-family: times new roman,new york,times,serif; font-size: 12pt; text-align: justify;"> <div class="MsoNormal">Juan se levanta a las cinco de la mañana todos los días exceptuando los domingos para llegar a su trabajo a las ocho pues vive en Paso del Rey y trabaja en Florida Oeste, en donde lo ubicó la empresa de seguridad que se encarga de pagarle un miserable sueldo y como podrán observar, entrenarlo para maratonista (?).</div><div class="MsoNormal">Juan luego del baño y unos amargos, sale a la calle para esquivar el barro que se acumulo en la cuadra producto de la lluvia pero, por sobre todas las cosas, de la inoperancia (busque usted estimable lector el termino que le parezca apropiado) del político al que le quepa el sayo. Saluda al panadero de la esquina y casi al mismo tiempo emprende una corrida efímera hasta la estación donde, luego de sacar boleto, se pone a conversar con el canillita mientras espera al ciempiés metálico que lo transportará hasta la estación de Liniers para poder hacer la interminable cola matinal del 21, sea el ramal que sea.</div><div class="MsoNormal">Sarmiento llega y como “las ideas nunca mueren”, tampoco las de Juan, que sabe que por unas estaciones su cuerpo será suyo mas no una masa uniforme, a esta altura, en Morón, de personas, bufandas, paraguas, libros y alguna que otra bicicleta. Otra idea, que no muere y se hace Juan, aunque cotidianamente comprobada, es que para poder bajar en la estación de Liniers uno debe bancarse la ñata contra la puerta que cuando el insecto largas dimensiones se detenga, comenzar un contorneo del cuerpo digno de “uno de esos chinos del circo este que esta buenísimo pero que te sale un huevo y la mitad del otro poder verlo, vistes…” para con la inercia de los “hombres de goma” que hace unos años han perdido la condición de pasajeros ni hablar la de personas, poder salir de las fauces metálicas, subir la escalera, bajar el puente y pararse atrás de la señora y su cartera de cuero marrón.</div><div class="MsoNormal">El 21 y cualquiera de sus ramales, si no son la misma cosa con diferente recorrido y cartel, lo acercan a su laburo; digo lo acercan porque Juan debe caminar siete u ocho cuadras para, por fin, tocar timbre y empezar a trabajar, si no es que lo viene haciendo desde que saludo al panadero de la esquina de su casa o por lo menos desde que el tren paso por Morón. </div><div class="MsoNormal">Luego de las nueve horas “oficiales” de trabajo, debe volver a caminar las mismas cuadras que camino a la mañana, esperar que 5 colectivos no le paren porque están atiborrados de gente que viene de más lejos, el sexto frenará y Juan viajará casi una hora pegado a la puerta del transporte porque levanto a los que no levantaron los cinco colectivos anteriores, además de que la General Paz es más lenta que Romagnoli el que juega en San Lorenzo.</div><div class="MsoNormal">Llegar a Liniers y esperar al prócer de vías y tirantes que se quedo un ratito entre Miserere y Caballito porque saltaron unos chispazos producto del agua, la electricidad y el ausente mantenimiento de los vagones, los trenes, las barreras, los molinetes, <s>el Mercedes de Gustavo Gago, vocero de TBA</s>. Una vez que llega y se detiene recurrir a la elongación de la mañana, viajar como una vaca al matadero hasta Paso del Rey, para tomar tres mates, preparar la comida y morir en la cama, para mañana…hacer lo mismo.</div><div class="MsoNormal">Ah…me olvidaba, Juan además de todo eso es saboteador (¿?)</div></div><div style="text-align: left;"><br />
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</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: left;"><br />
</div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-87027151032091510302011-04-06T11:43:00.000-07:002011-04-06T13:23:20.676-07:00Y ella, qué?<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Ninguno de los dos habían nacido y en la esquina de Juan Bautista Alberdi y Murguiondo, donde hoy uno puede comerse una porcion de <a href="http://pizzeriaelcedron.blogspot.com/"><span style="color: blue;">muzza <i>al molde</i></span></a> y sacarse una foto junto al busto de <a href="http://www.todo-argentina.net/biografias/Personajes1/justo_suarez.htm"><span style="color: blue;">El Torito de Mataderos</span></a>, Ambrosio Cremella instaló un bodegón al que llamo "La Primera Curva", debido al trazado de las vias del tranvía 40 y 48 en sus recorridos Mataderos - Primera Junta y Mataderos - Paseo Colón y Chile respectivamente.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Ella se criaba y crecía en la zona sur de la Capital Federal, más precisamente en Boedo. Él se ganaba el mango con un trabajo cotidiano y alienante como los demás, pero metía un par de billetes más gracias a las milongas en las que con su orquesta, tocaba el piano; milongas en las que pudo escuchar a Alberto Marino con el ángel de Troilo a su lado.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Una noche el tango, los pasos del 2 x 4, <i>las damas y los caballeros</i> se fundieron en las instalaciones del Club Nueva Chicago y con ellos, también, las miradas hasta ese momento desconocidas de ella y él. Una vez terminada la milonga, la calle los encontró esperando el 48, pues él le había prometido a la mamá de ella, que la acompañaría hasta la puerta de su casa.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Pasaron primaveras, veranos, otoños e inviernos, presidentes, campeonatos, guerras mundiales y ellos seguían juntos. <a href="http://www.buenosairesantiguo.com.ar/notasdebuenosaires/tranviasenbsas.html"><span style="color: blue;">Los tranvías</span></a> gracias a un decreto firmado el 23 de Octubre de 1962 dejaron de recorrer las arterias de la porteña Buenos Aires. "<i>Ya no volveremos a ver nuestra Ciudad desde sus ventanillas, ni a repasarnos las lecciones cómodamente sentados o arrinconados en la plataforma trasera. Ya no abriríamos más las puertas corredizas de la plataforma trasera, para cerrarla luego cuidadosamente, poniéndole el ganchito antes de bajar. Se habrá perdido el último signo de buena educación de los porteños. Plataforma delantera!... Las cosas que se cargaban en ella, y qué lindo, cuando solíamos, ir charlando con el mótorman en aquel palco ovant-scéne en movimiento!...</i>” comentaba Aquilino Podestá.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Llegaron los hijos, los nietos, pasaron mas otoños y primaveras, más presidentes y campeonatos....las guerras no fueron mundiales, sino "frías", "del golfo".</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Pero llegó el momento, para él, de dormir el sueño eterno. Atrás habian quedado 90 años en plenitud, llena de blancas y negras, de vino y pastas dominicales, de templanza y respeto. ¿Que sigue? Seguir, pero ella ¿qué?</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Como hace ella para reir al despertar si el se cansó de los vivos, del servicio meteorológico, de las colas en las sucursales bancarias.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Como hace ella para preparar el estofado sin que él le diga "rico como siempre" o "agregale un laurel más"</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Como hace ella para salir a la calle sin la sensación de protección que significaba un brazo por sobre los hombros, una mano que le aferraba la suya luzca el sol o no.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Como hace ella para dormir plena sin sentir su calor, sus olores, su forma anciana de hacerle el amor.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Como hace ella? Como haríamos nosotros para vivir cuando hemos perdido el amor y gran parte o casi toda la vida?</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Como seguir? Siguiendo.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">Pero ella, ¿qué?</span></div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-77375659564143081182011-03-09T13:39:00.000-08:002011-03-09T13:59:18.232-08:00Suceptibilidad LaboralHabía una vez un país, en un planeta, en un universo, en el que vivía un narigón de anteojos al que le gustaban los sugus confitados, su mujer y el fútbol, entre otras maravillas y nimiedades.<br />
<br />
Este (¿buen?) hombre desde muy temprana edad había comenzado a trabajar y hoy, con poco menos de la mitad de su vida bajo relación de dependencia, se encontró absorto, inerte ante un papel que unía el absurdo con la idiotez, la hija putez con la ironía, el hambre y las ganas de comer. Y si hablamos de comer......<br />
<br />
El tema es que este caballero nacido en los 80´pero con aires nostálgicos de épocas pretéritas, trabaja en una empresa que tiene dos sedes. Una de ellas, es la central donde se anidan todos los trabajadores menos 4 de ellos que habitan la otra, y apéndice, sede, entre los que también trabaja nuestro hombre de nariz prominente y con ansias asmáticas de poeta. Por esas cosas de la vida y de la ilógica laboral, los que trabajan en la dependencia que auna a la mayoría del personal, tienen un comedor-cocina donde deben sentarse en horario pactado tácitamente para ser provistos de algún manjar de lunes, martes, miércoles, jueves o viernes de mediodía. El narigón y sus compañeros, o se traen la vianda, o se compran unas empanadas, sanguches de salame y queso, en el almacén de la vuelta, en fin....<br />
<br />
Resulta que uno de los que trabaja donde lo hace la mayoría y que está encargado de brindar información en modo <i>recursos humanos</i>, pidió con un mail a todos aquellos que trabajan con la computadora como complemento, que se organizaran nuevamente los horario de almuerzo ya que la mayoría del personal había concluido sus vacaciones y así poder la mesa estar servida para los comensales de horarios pautados. <br />
Sin ser parte de esos que se sientan a la mesa, donde incluso algunos cerdos tratando de lucirse, comen jamón (<i>Patricio dixit</i>), pero como portador de una casilla de mail interna, ese mensaje llegó al buzón del apinochado trabajador, que haciendo uso de su simpatía carente de inocencia, respondió a sabiendas que ese mail llegaría a todos sin fronteras ni excepciones: "¿A qué hora me toca a mí? (?)", recibiendo respuestas diversas y entre risas de aquellos que a 30 cuadras disfrutan de que les sirvan un plato de comida seguramente más calórica que uno de mortadela y queso, sin embargo, sin embargo…..<br />
<br />
Ayer, nuestro héroe cibernético llegó a su trabajo y su jefe, que también trabaja a 30 cuadras se hizo presente y lo invito a charlar a solas. Como buen narigón (?) mientras caminaba a la cocina, pensaba, elaboraba silogismo tras silogismo, tratando de dilucidar cuál sería el motivo de esta invitación un tanto extraña, hasta que lo vio delante suyo. Era su mail acompañado por la cantinela empresarial, esa que se asusta cuando hay que darle un mango mas al trabajador, y por una nota que lo invitaba a firmar un apercibimiento. Saben ¿por qué? Porque el mail se usa para trabajar y no para joder, según el dueño, que la semana pasada envió un mail invitándonos a que le recemos a un ángel que toma soda en envase de vidrio y que la anterior, nos había enviado otro, en el que nos invitaba a pensar en adoptar perros que la gente deja en la calle.<br />
En fin, el mundo está patas pa´ arriba!<br />
<br />
"...pida lo que usted quiera señor, el limite es el cielo señor..."<br />
<br />
<object height="132" width="353"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=7dc1b9d" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-69116472680244666912011-01-25T07:19:00.000-08:002011-01-25T07:19:03.585-08:00Ansias de una mañana de lluvia y ANSES<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"><span style="font-size: 12pt;"><i>Pone play y perdete en mi ansiedad...sublimada </i></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"><span style="font-size: 12pt;"><i><object height="132" width="353"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=8ef5c17" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object> </i></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"><span style="font-size: 12pt;">Hoy amanecí más temprano que lo habitual. El motivo, un trámite dentro de otro trámite dentro de otro trámite. Luego de enfrentarme a una emulación del recordado personaje de Gasalla que mandaba a todos "para atrás", salí a la calle en busca del bondi. Lo esperé. Llegó y se largó.</span></span></div><div> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"><span style="font-size: 12pt;">En las ventanillas las gotas dejaban sus huellas complicando la visión hacia el afuera. Miles de lunares de agua que comenzaron a deslizarse por el vidrio de una ventanilla apenas abierta.</span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"><span style="font-size: 12pt;">Me bajé en la esquina de Mitre y Melo, aquí, en Florida Oeste. Era tal la lluvia que decidí quedarme bajo el techo que conforma la parada. Esperé unos minutos y como no amainaba, salté el charco de agua que se reunía contra el cordón y emprendí una veloz carrera que duro hasta el toldo del kiosco de la vereda de enfrente. No quería mojarme. Seguí caminando buscando refugio debajo de lo aleros de las casas, debajo de las copas de los arboles que para ese momento eran enormes brazos que se agitaban verdes.</span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"><span style="font-size: 12pt;">Fue un instante, un clic de bocho, que ya no me importo la lluvia, la ropa que tenia puesta, la visión perturbada por la mojadura de los lentes, ya no. Comencé a caminar debajo de la tormenta, Me deje mojar, inundar el cuerpo. Metí los pies en los charcos eligiendo el más grande. Desee que se rompan todos los paraguas, que se hayan secado todas las botas en el armario al punto de quedar inutilizables. Quise que por unos minutos se tapen las cañerías de los barrios, que se colmen de hojas los desagotes de Juan B. Justo y Santa Fe y que así por fin, para los días de Verano, tengamos una pelopincho nacional y popular (?)</span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: Times New Roman; font-size: small;"><span style="font-size: 12pt;">Fue un ratito, pero fui feliz…felizmente mojado.</span></span></div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-44729723272207414982011-01-19T11:01:00.000-08:002011-01-19T11:01:11.859-08:00Entre el heroismo y la idiotez<div style="font-family: times new roman,new york,times,serif; font-size: 12pt;"><div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El pibe no tenía más de 12 años. Esperaba el colectivo con las ansias de quien está yendo por la mañana a encontrarse con otros chicos en un lugar donde está permitido correr, jugar, reírse, hacer travesuras. Son días en los que el colectivo se llena de mochilas más grandes que los cuerpos que las transportan, donde las madres emulan a “Manotas”, el pulpo y toman con el brazo que no tienen un hilo de la remera del mas chiquito de los 3 que van a la Colonia al igual que el pibe que espera el bondi.</div><div> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">A lo lejos vienen dos, uno para adelante y empiezan a subir las madres y los niños. El otro colectivo frena detrás y este pibe con musculosa al revés producto de esos amaneceres de verano con los padres corriendo al laburo, sin desayunar y las medias hasta la rodilla, intenta subir y el colectivo le esquiva el gesto. Corre al que se había detenido antes y que todavía esperaba el ascenso de los niños, las mochilas, las madres, las lagañas, los sueños, los berrinches, los retos…Sube. Llega su momento de sacar boleto y el canoso al volante le dice: “1,20, pibe”, si, no estoy equivocado, el chofer le indica y de muy mala forma cuando deberá pagar. </div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Yo ya me había sacado el auricular para pedir mi boleto, el pibe puso sus monedas y algunas se habían quedado en el bolsillo de esa bermuda tan de pileta y flúor. El chofer nuevamente a la carga: “Vamos con la moneda pibe, dale eh”. <span> </span>No puedo aguantarme. No puedo. Le pido que entienda que se está dirigiendo a un pibe, a un nene. Que lo trate bien. Que todos los días lo esperamos media hora, bajo lluvia o los rayos del sol, bajo el frio del Invierno y las hojas del Otoño y me manda a quejarme a la empresa.</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Sé que las cosas se resuelven de otra manera, que es mejor “no gastar pólvora en chimangos”, pero hay momento que quisiera, casi al unísono de ese maltrato a un pibe de un nervioso con argumentos, que mi cuerpo comience a sufrir unas repentinas convulsiones, que el cuerpo mute en una maciza y verde monstruosidad con la remera rota por achicamiento repentino y pegarle una trompada con tanta fuerza, para que cada vez que suba un pibe le regale un chupetín….porque si no aparecerá “El Increíble Coguzza” (?)</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Por si queres musicalizar el momento.... </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><object height="132" width="353"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=06660e1" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object> </div></div></div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-14792437213045063152011-01-12T10:07:00.001-08:002011-01-12T10:07:57.324-08:00¿Y esos raros peinados nuevos?<div style="font-family: times new roman,new york,times,serif; font-size: 12pt;"><div><div class="MsoNormal">Mas allá de mi gusto por las épocas en las que el frio se hace un lugar entre nosotros, autómatas dormidos, y sin dejar de reconocer que el calor trae consigo ropas sueltas y “curvas peligrosas”, creo encontrar otro argumento más para mi apología del tiempo de bufandas y cuerpos disfrazados de equecos cuando viajo en colectivo en épocas veraniegas sin arena ni montañas y con un cemento infernal.</div><div class="MsoNormal">Resulta que pongo empeño en comprender los arreglos que cada uno hace con su cuerpo, el cuidado de la ropa, la elección de los colores, la gimnasia de quienes se terminan de “tunear” arriba de los bondis, pero que el cuidado del peinado se vuelva una causa inexpugnable al punto de que con 30 grados a la sombra la ventanilla este sellada como si estuviésemos sumergidos en el frio de Praga un 6 de Enero, es algo por lo menos inexplicable.</div><div class="MsoNormal">¿Qué puede llegar a ocurrirnos en caso de que lleguemos despeinados al trabajo? ¿Acaso nos entrará el virus Roberto “Que noche Tete” Giordano en la PC y tendremos que tomar mate y charlar con el de sistemas? ¿Te mirará raro la chica que nunca te miro? ¿Ese chico que tanto queres que te cebe un mate y te pregunte como estuvo el finde, pensas que si no tenes el rulo en su lugar dejara de demostrarte sus artes para invitarte a “dormir una siestita” como dice mi amigo el que baila salsa? </div><div class="MsoNormal">En fin…yo sé que hay cosas peores, como por ejemplo, que este <a href="http://www.clarin.com/politica/proxima-entrevista-verano-hacemos-Olivos_0_404359746.html" rel="nofollow" target="_blank"><span style="font-style: italic;">Pituca</span></a> nos cuente sus deseos…</div><div class="MsoNormal"><br />
</div>(Si estas leyendo los deseos del buen comensal, <a href="http://www.goear.com/listen/080a1f0/el-arte-del-buen-comer-patricio-rey-y-sus-redonditos-de-ricota" rel="nofollow" style="font-style: italic;" target="_blank">musicaliza tu lectura</a>)</div></div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-34736349282416451422010-12-31T07:21:00.000-08:002010-12-31T07:31:31.129-08:00Adiue, bye bye.......mientras me llegan, perfumes de la tempestad.... <br />
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<object height="132" width="353"><embed src="http://www.goear.com/files/external.swf?file=c2e458b" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" quality="high" width="353" height="132"></embed></object> <br />
<div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Los ojos le pesaron un tanto al despertar, como cada día, a la misma hora en el mismo lugar. Besó a su mujer señalando la partida y salió a la calle en busca del sol y sus propiedades inevitables que en esta época del año, para él eran desagradables. Amaba las tardes otoñales.</div><div></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Se disponía a caminar las mismas cuadras y a esperar que llegue el bondi. Corrían en sus pliegues neuróticos, días de garua, de esa persistente que no moja pero molesta, bue…a esta altura las dos cosas. Moja, inunda, rebalsa y molesta.</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Llegó a las cuatro esquinas y un triangulo. Comenzó a cruzar la avenida y vio que estaba parado mitad vereda de estación de servicio mitad calle, el camión de una empresa con la que su laburo tenia vinculo. El chofer y el acompañante eran los mismos que iban seguido a su cajita infeliz, los saludó y no tuvo que caminar una cuadra más o dos, ni esperar que en el horizonte aparezca el acaramelado colectivo que de horarios no entiende ni un ápice. </div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Se tomó unos mates en la cabina de un camión que le era conocido pero ajeno a la vez. Un habitáculo que le permitió ver de frente las fachadas de las casas, los perros orinando en los arboles de la plaza, el canillita de tal o cual esquina, la señora baldeando la vereda en un horario ofensivo para cualquier pupila y los robocops de moda by Mauricio.</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Al otro día terminaba el año, al otro día había un día menos y uno mas….</div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-75622583190148977372010-12-27T05:44:00.001-08:002010-12-27T05:44:33.608-08:00Una puteada en la noche del eclipse lunar<div style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">Comenzaba la madrugada. Las noticias eran de ayer, pero el eclipse iba a tener lugar. Habia que esperar hasta entrada ya la noche y su cielo de estrellas, esa escenografia atrapante cuando nos tomamos cinco minutos para mirar para arriba dejando de observar el movimiento del ventilador que en tres "no tira" y en cuatro, "se cae en cualquier momento".<br />
Un fernet dulzon, como para un tipo blando y mientras Duhalde miente descaradamente en mi<span style="font-style: italic;"> you tube</span> ofreciendo material para su condena (lo mas terrenal posible!), se filtra por mi ventana un haz de luz tenue con un fondo sonoro familiar desde años para aquellos que vivimos en edificios. Falta todavia para el eclipse, pero la noche esta encantadora. Las luces de neon inundan la ciudad y dan sombra a los nocturnos caminantes, la vereda y la cerveza se funden en un abrazo sediento; sin embargo vuelve aquel sonido familiar, esa voz que viene de las catacumbas, esa voz de culitos azucarados y ficciones repetidas hasta la nausea.<br />
Otro trago, unas mentiras mas del Corleone de Banfield, y una definicion que se aproxima, por lo menos eso es lo que el mensaje trae consigo a traves del pulmon del edificio, los movimientos del viento que tienen lugar en ellos y mi ventana que esta abierta para despejar el calor de estas fechas tan desnudas pero tan sufribles por si todas las cosas si tenes que viajar en la linea C de subte o tomarte el Sarmiento en la estacion de Ciudadela. Es un sonido que sale de un televisor, se habla de votos, es tarde para el repetitivo 6-7-8 como asi tambien para el gangoso de Bonelli, que votacion me estoy perdiendo, me preguntaba para mis adentros.<br />
Fui hasta el control remoto y entendi de donde provenian esos gestos ampulosos de pelotudez mediatizada. Era la final de "Bailando por un orto sueño". Marcelo estaba por dar los porcentajes finales, se iba a conocer al campeon. El eclipse estaba cada vez mas cerca. La luna, alli, en la distancia pero siempre presente, salvo por las nubes que a veces son "como sospechas". Las ves?<br />
Todo era gritos y culos, lagrimas de cotillon y paneos desde "la vieja muerte" ubicada en algun rincon del hogar. Se abrio el sobre y un peso pesado festejo mientras el otro comienza a ser historia...olvidada. Casi al unisono, una vecina puteo en todos los idiomas, maldijo la definicion del espectaculo mas culo que especta...Que hacia yo despierto a esas horas? <br />
Ah cierto, el eclipse!</span></div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-66696484987225837682010-12-09T08:52:00.001-08:002010-12-09T08:52:23.305-08:00Saussure LTA, diria Maradona<div style="font-family: times new roman,new york,times,serif; font-size: 12pt;"><div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Si bien nuestros padres se esfuerzan para que desarrollemos distintas aptitudes que nos posibilitarán irremediablemente que vendamos nuestra fuerza de trabajo a precio vil, yo, sin embargo, me he embarcado en la tarea de desarrollar algunas aptitudes más superficiales y, por lo tanto, nada emancipadoras.</div><div> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Una de ellas es un técnica para poder sacar del paquete de Sugus confitados en primera instancia los confites amarillos que son claramente los mas feos, dejando para lo último los azules y los rojos, deseados por todo aquel que los compre, pero esta técnica queda soslayada cuando me detengo en mi técnica para sacar la lengua sea en la situación que sea, desde utilizarla para sacarme los restos de helado de la comisura de los labios como, para en gesto adolescente, provocar a alguien.</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Quizás se crea que sacar la lengua es fácil, que no requiere de técnica alguna, sin embargo, le puedo garantizar que no es así.</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En primer lugar, sacar la lengua precisa de un instante previo, que es el análisis de la situación en que ha de realizarse, no todos los escenarios son iguales ¿Acaso es lo mismo el asiento del 343 que la farmacia de la esquina? Una vez realizado este análisis, viene la mecánica que involucra a los labios, el paladar, la dentadura, el frenillo de debajo de la lengua y la lengua misma.</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Si es para provocar, usted deberá observar en su derredor, y en un rápido movimiento, abrir los ojos, erguirse lo que más pueda y con gesto veloz y sin titubeos, dejar caer la parte inferior de la dentura levemente y previa acariciada de paladar superior, como relamiendo el gesto, sacar la lengua estirando el frenillo lo que mas pueda, evidenciando así, su disgusto con el destinatario provocado. Aquí la lengua debe dejarse ver con claridad al punto de llegar a tocar el pocito que se forma en el mentón. Ahora bien, si usted, se acaba de comer un helado de kinotos al whisky y sambayon en la heladería del barrio y luego tiene que ir a la joyería a comprar un reloj que lo esclavizará a la rutina del tiempo, pues bien, sepa que en sus bigotes o comisuras labiales siempre quedan restos de colores que denotan no sólo que usted a pasado por el recinto del cucurucho sino que además, lo ha comido como cuando tenia catorce años, entonces, disimuladamente deje que la lengua pispee la claridad con su parte mas estrecha, que se camufle con los labios, y despacio, sin hacer bandera, levántela y de izquierda a derecha o viceversa, muévala como si fuese un limpiaparabrisas, dejando que esta sienta el sabor de los gustos consumidos. </div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Una vez limpio, ingrese a la joyería y cuando este por comprar el reloj, recuerde no hacer el mismo gesto, pero si puede, por favor muérdase la lengua, que el tiempo no necesita ser medido, ya que es una sensación…..</div></div></div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-53776380172329409042010-12-01T18:08:00.000-08:002010-12-01T18:11:03.579-08:00Amanece por la ventanilla<div style="font-family: times new roman,new york,times,serif; font-size: 12pt;"><div><div style="font-family: times new roman,new york,times,serif; font-size: 12pt;"><div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Son días de mañanas más próximas en el devenir del día, para aquellos que duermen poco y boludean mucho (soy parte de ellos, por si hay algún amistoso susceptible), la tarea de amanecer “es un instante de belleza muy cruel” citando al poeta, la crueldad medida en segundos, la belleza, el sol y el silencio de una ciudad verborragica.</div><div></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Las cuadras hasta la parada tienen otro sabor, como no creo en las casualidades, no les adjudico el placer del ruido de los pájaros, esos del amanecer, que tienen un canto nostálgico de la noche y la oscuridad. El sol, iluminándolo todo. Las tapas de los diarios tan calientes como las medialunas de manteca de la pizzería-panadería de la modernidad.</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Allá viene el transporte, síntoma de mis desvaríos vívidos, parará y recorrerá las calles llenas de lagañas. Entre el taller mecánico y la barrera, entre el semáforo de Monroe y Acha, la plaza de Crisologo Larralde y esa esquina que tiene tatuado un escudo de Platense, voy tonteando. Lamentando la ausencia del mate llego a la General Paz, y como por arte de magia, como aquél gol del Diego a Italia en el 86`, la mirada se ensancha, y todo se transforma en un rio calmo con olor a pasto que tiene la cara lavada.</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Me veo con la caña y el mate, y ella ahí, leyendo o como Eva según Joaquín. Dura unos instantes, como aquel arquero inutilizado, pero se inmortaliza aunque sea, como en este caso, en el mundo virtual…</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="background-color: black; color: #cc0000; text-align: justify;"><a href="http://www.youtube.com/watch?v=R7pHQwZSbwA">Para escuchar en el viaje...</a> </div></div></div></div></div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-73518230875917080662010-11-17T19:21:00.001-08:002010-11-17T19:21:13.341-08:00El 93<div style="font-family: times new roman,new york,times,serif; font-size: 12pt;"><div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Habla Nietzsche del “Eterno Retorno” y Majul sigue haciendo “La cornisa”. Ambos se complementan, uno sostiene que de alguna manera todo se repite, se vuelve a vivir y el otro hace las mismas boludeces desde siempre…en fin…yo del primero tengo el nombre y del boludo, su rasgo característico, la boludez.</div><div> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Es por eso que no es sorprendente que todavía me obstine en esperar colectivos en las esquinas tan llenas de puestos de flores y de diarios; a mitad de cuadra donde está el kiosquito de “Roque”; al lado de un árbol que al sacudirse deja caer las gotas que la lluvia dejó para besar la tierra.</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">De un tiempo a ésta parte, el colectivo que más a menudo espero interminablemente, donde los choferes se tienen que pelear con todos los pasajeros hasta llegar al “Andé a quejarte a la empresa…”, el mismo que si llueve tarda más, ese en el que el primero que viene después de media hora es el que termina en la otra cuadra, en una finalización de recorrido digna de una línea de mierda, no sólo eso, hija de put*! (?). Esa línea es la 93.</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Tiene un par de ramales (léaseme sin literalidad), pero sinceramente la finalización de uno de sus recorridos es incomprensible. ¿Acaso puede un colectivo terminar en Monroe y Acha? </div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Hay una farmacia, un almacén de las de antes, dos chinos, un locutorio, una verdulería, una casa de lámparas de pie y dos agencia de quiniela. Pasan 67 autos cada cuatro minutos, lo que nos da un total de….(?)….pienso, no existo nunca, y sigo pensando, y no entiendo cómo es posible que un colectivo termine en dicho lugar, tan transitado, tan desolado en materia de mecánica.</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">A veces pienso que es <span> </span>una mala jugada de algún enemigo del más acá, que ese colectivo que viene allá a lo lejos y que llevo esperando más de media hora y bajo esta lluvia sin techo ni árbol, cuando lo estoy parando me muestre ese cartel inexplicable, esa finalización que se repite día tras día como lo dijo Nietzsche, como lo hace Majul, como lo hago yo….</div></div></div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-18135863207962199552010-11-04T08:02:00.000-07:002010-11-04T08:02:06.732-07:00Eterna espera de un desveladoHacia tiempo que no me desvelaba con ganas de salir, caminar por avenida Corrientes hasta Juan B. Justo y esperar, eternamente, el 166.<br />
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Warnes, Boyaca, Nazca, Velez de un lado de la Gral. Paz, mas alla (y sin inundacion) Ciudadela, los recuerdos y algunas piedras en la culpa neurotica de una mochila que pesa incluso en su liviandad. Ramos y el billar.<br />
Noches que se hicieron dias. Facturas si el "8" lo habia deseado o planeado, vaya uno a saber. Dormir, a veces; matear leyendo noticias de ayer, otro tanto...<br />
Domingos de futbol y mas futbol. Volver. Segunda Rivadavia, la curva y la estacion de servicio fantasma, nuevamente Velez, nuevamente Nazca, Boyaca, Warnes; nuevamente caminar por Corrientes; nuevamente dormir..<br />
¿Dormir?...mejor esperar el 166, en la esquina eterna..Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-78814158350399572852010-09-29T10:11:00.000-07:002010-09-29T10:11:42.473-07:00Ensalada de fruta (y que fruta!!)Una entidad abstracta ha sentenciado hace ya tiempo que “tratando de lucirse, un chancho puede comer jamón”, aduciendo que “siempre revelamos a lo que estamos sometidos” y es aquí donde está la génesis de este relato o, por lo menos, la base que determina la superestructura (?) <br />
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<br />
Van 25 minutos de espera en Melo y Panamericana. Las leyes de Murphy se hicieron evidentes de manera descarada, ya que no sólo pasaron dos 15 semivacíos (si lo esperas, llevate el mate y la reposera) sino que los 60 parecían los Benvenuto! Mientras pensaba en la cantidad de autos que ingresan a la ciudad por esta arteria mayor y por ende, la cantidad de personas, que en pocos kilómetros, vivimos amontonadas hizo su aparición a lo lejos el 71. Sabiendo que era estéril mi brazo recto formando un ángulo de noventa grados para parar el colectivo, no así para darme cuenta que tenía que bañarme (?), observé como el bondi lleno se iba y se perdía entre las hormigas con motor. <br />
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Algunos minutos después nuevamente el 71 a lo lejos, una seña, un guiño y “arriba los que van a Devoto…”, lleno total, me quedo pegado a la puerta, y mientras las paradas pasan entre gestos del chofer señalando la imposibilidad de llevar más pasajeros y ademanes desde las veredas, que seguramente habrían de acordarse de toda la familia del gordo de bigotes, yo deseo que algunos pasajeros tengan como destino final Crisólogo Larralde y Acha, o Díaz Colodrero, pero que bajen, porque ya veo que…..que…que se suben, estas dos pequeñas mujeres y al mismo tiempo que ponen el segundo pie en el escalón preguntan si hemos sacado boleto. <br />
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Me pierdo por un instante, me suspendo en una liviandad inusitada en esta pila de nervios y esqueleto y recuerdo que tratando de continuar la teoría marxista, la ciencia de Karl, Althusser introdujo la noción de aparatos ideológicos de estado, evidenciando que además de la determinación económica que constituye a nuestras sociedades capitalistas, en la superestructura hay lugar para determinaciones de un nueva realidad: la ideología. <br />
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Y me pregunto: <br />
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¿Qué mierda tiene que ver Althusser con el 71? <br />
<br />
¿Qué tiene que ver el chancho y sus ganas de comer jamón? <br />
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¿Qué relación hay entre los Benvenuto y la línea 60? <br />
<br />
Pero lo que más me pregunto, y en esto soy irreductible es: <br />
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¿Por qué carajo quieren sacar boleto aquellos que apenas suben, ya están viajando colgando del estribo? Y, si no es en este tipo de acciones, donde además de pensar que somos boludos por someternos a ellas todos los días sin prender fuego una terminal (?), no debemos entender que revelamos nuestra sumisión, por más insignificante que sea, al pagar un boleto, que según el chofer (que ahora es la empresa!) es nuestro seguro, cuando de seguro lo único que tenemos son los 25 minutos de espera en la esquina que sea, el viajar como animales y que yo cuando leo no entiendo nada!....y trato de lucirme como el chancho….ah! acá estaba la relación que no encontraba (?)Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-33739881416926938742010-09-21T15:08:00.001-07:002010-09-21T15:15:31.645-07:00Feria y figacitas<div align="left" class="yiv1022794123yiv1300629942yiv963652765yiv1028696653MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY73zGFQQ1KTUZjA3tDZY1efvKJ8yNES1muM_gGTnT8IptL7ZKuy3Bl_nmVmKv-MDkO_1YlSVCtSdynVzzXHJoM5kBn62tJSUFRIdonSUuupfr7npJ4ZegIrYYYxYbjVmVmT4q1Tvvbaii/s1600/feria.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY73zGFQQ1KTUZjA3tDZY1efvKJ8yNES1muM_gGTnT8IptL7ZKuy3Bl_nmVmKv-MDkO_1YlSVCtSdynVzzXHJoM5kBn62tJSUFRIdonSUuupfr7npJ4ZegIrYYYxYbjVmVmT4q1Tvvbaii/s400/feria.jpg" width="400" /></a></div><div style="text-align: center;"><span lang="ES-AR"><span style="font-size: small;"><i>Esos precios ya no existen....</i> </span></span></div><br />
<span lang="ES-AR"><span style="font-size: small;">Recuerdo que era un ritual que tenia lugar una o dos veces por semana. El barrio se vestía de colores donde predominaban el celeste y blanco, además de los cajones con manzanas verdes, papa blanca y batata; el olor a pescado, las galletitas en caja (la de los animalitos y los confites de colores!)</span></span> </div><div align="left" class="yiv1022794123yiv1300629942yiv963652765yiv1028696653MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-AR"><span style="font-size: small;">La feria se armaba y se desarmaba en el transcurso de unas horas, eligiendo las calles donde quería estar, donde mi abuela compraba las figacitas que tanto me gustaban, más aun cuando estaban empapadas del juguito de un bife a la plancha.</span></span> </div><div align="left" class="yiv1022794123yiv1300629942yiv963652765yiv1028696653MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-AR"><span style="font-size: small;">La saludable de decisión de mandarme al colegio por la tarde, de mi madre, me preemitía vivir esta celebración ritual del chango cargado de puchero futuro, de botellas de vidrio opacas y resistentes a un golpazo. Había música de fondo, muchos diálogos de pie en vereda y el otro en la calle, de vecina repetidora de malas nuevas y de niño correteando por entre los puestos ¡y que cuidado había que tener con el puesto de accesorios de limpieza y las escobas colgando!</span></span> </div><div align="left" class="yiv1022794123yiv1300629942yiv963652765yiv1028696653MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-AR"><span style="font-size: small;">Cada rato se escuchaba el parlante saturado de una camioneta que cargaba chatarras compradas y algunas para vender, la balanza encendía su aguja y el vendedor limpiaba sus manos en el delantal blanco.</span></span> </div><div align="left" class="yiv1022794123yiv1300629942yiv963652765yiv1028696653MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span lang="ES-AR"><span style="font-size: small;">Era la feria del barrio, era el cuarto de figacitas y el cuarto de miñones; llegar y comer hasta que viniera el micro de Bachi y me depositara en la feria donde nunca nos contaron la historia como es, para que hoy no nos preguntemos: que hago en Carrefour?...</span></span></div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-90237440277467859412010-09-14T05:33:00.000-07:002010-09-14T05:33:57.831-07:00La pregunta del millon.....de insoportables!!!<div style="text-align: justify;">Hay días en los que ese mismo al que le reprochamos la media hora que llevamos en la vereda esperándolo y nos manda a hablar y quejarnos en la empresa, decide meter a 253 pasajeros en un habitáculo en donde sólo entran unas 25 personas sentadas y otras tantas paradas, obligándonos con ello a realizar las mas diversas piruetas para llegar a algún resquicio donde no molestar al otro ni sentirnos pasajeros simbióticos por más que la que tengamos al lado esté buena. </div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;">Ya de por sí sacar boleto es una tarea ardua, porque si esperas estar cerca de la máquina para sacarlo, no apurándote, evidenciando tu malestar y tu deseo de viajar en una nave espacial (?), recibís seguramente el sonido gutural de algún apresurado benefactor de la 93. Una vez con el seguro, por si nos matamos todos, en la mano, pedimos el primer permiso de una serie que puede llegar hasta los treinticuatro, de los que recibimos como respuesta, una corrida de mochila, un chistido de molestia, el “si, como no” de uno que se transforma casi instantáneamente en posible compañero de un truco imaginario y compinche en caso de deliberación colectiveril. </div><div style="text-align: justify;">Ya estamos en el fondo, hemos llegado luego de una tarea que requiere ausencia de artrosis, un buen movimiento del Tupper con el morfi que llevamos al laburo pero, por sobre todas las cosas, una irreconocible puntería para levantar la pierna y apoyarla al caer en un sitio sin tacos ni zapatos, sin mochilas ni bolsas de los mandados ¡y todo esto con el colectivo en marcha! </div><div style="text-align: justify;">Pero esta pseudo satisfacción personal dentro de la bronca matinal se esfuma cuando cercanos a la puerta del fondo, lugar que elegimos (si es correcto utilizar este verbo!) para molestar lo menos posible, como así también, para no sentirnos intimados por otro cuerpo, y al que llegar nos llevó un tiempo, al punto que ya estamos por bajar, aparece la preguntonta del millón (?): “¿Bajas?”, a la que por una cuestión de principios y respeto uno responde con un “Sí” amable pero que por dentro más de una vez nos hizo pensar en respuestas como “No, estoy acá, porque me gusta tocarle timbre a los demás pasajeros” o quizás “No, es que dudo en todas las paradas si bajarme o no”, en fin…quizás se llame la pregunta del millón, debido a que son tantas las respuestas para dar que habría que tomarse el 343 de Liniers a Tigre y en el eterno viaje, hacer la prueba…. </div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-20140552518546855912010-08-31T06:31:00.000-07:002010-08-31T06:37:14.546-07:00El gol de Varallo que ví...(Quizas fue en colectivo y no me conto nada....)<div class="yiv1814364458MsoNormal" style="text-align: justify;">Seguramente estaría incurriendo en una contradicción temporal al decir que habiendo nacido en 1980, tuve la posibilidad de ver un gol de Francisco Varallo en vivo y en directo, sin embargo, créanme que no.</div><div></div><div class="yiv1814364458MsoNormal" style="text-align: justify;">Tuve, tengo y tendré abuelos futboleros y uno de ellos, calvo él, de pequeña estatura y contextura física (si no son lo mismo en la jerga), compañero de ruta desde temprana edad, capaz de armar un escándalo por la rotura de un vaso como así también de hacer de un hecho serio una comedia literaria (gutural), jugador de escoba y de las dos y tres cifras…el abuelo Pedrito (y te encargo la factura!!)</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="yiv1814364458MsoNormal" style="text-align: justify;">No contaba cuentos de príncipes ni superhéroes de poderes sobrenaturales sino, mas bien, era un narrador de anécdotas, de esas que con el tiempo siempre mienten un poco (siempre fue así….!); y entre ellas, está aquel gol de Varallo en cancha de Independiente. Su hermano Sengo, lo llevaba a ver al club de Avellaneda aunque él fuera hincha de Boca (no se entienda esto como una obligación, si así lo hiciese abandona la lectura de dicho texto) y esa tarde, justamente, el local enfrentaba a su equipo, a su cuadro y él estaba del lado en el que las camisetas rojas predominaban.</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="yiv1814364458MsoNormal" style="text-align: justify;">Jamás hizo referencia a la fecha, evidenciando que el tiempo es una sensación y no la razón puesta al servicio de un reloj; tampoco evocó el resultado del partido al quedarse sumergido en ese instante que durara para toda la vida. Varallo tenía como compañero a un jugador paraguayo llamado Benítez Cáceres, flaco y petizo, escurridizo y veloz, quién tomó la pelota en tres cuartos de cancha y al tiempo que buscó a su compañero Varallo enmudeció a la tribuna local. El silencio posibilitó que mi abuelo, Pedrito, escuchara el grito del goleador a su compañero “por el medio petizo!!!” y viera casi al unísono el empeine del paraguayo bajo el esférico pesado y marrón, para después observar la dirección del mismo por encima de la cabeza de los centrales de Independiente que cuando se dieron vuelta vieron que Francisco Varallo estaba rematando de manera tal que cuando el arquero atino el gesto estéril, tenía ya un gol en contra y la boina en el fondo del arco junto al balón.</div><div style="text-align: justify;"></div><div class="yiv1814364458MsoNormal" style="text-align: justify;">Juro que lo vi mientras él me lo contaba, juro que será uno de los goles mas lindos que habré visto en vivo y en directo, uno de esos que se sienten para toda la vida…..</div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-24526933101289766912010-08-17T10:03:00.000-07:002010-08-17T10:03:50.167-07:00Viaje musical<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6c7tshUkRAlw5SICdmJ76jtf8ORV4QaEYuv7j3ILrRtx95oaralVgSe4dpfZGbNnVAoTgyIT7JhDMldJO9n-Qc_WC8FIdfJQr5s0P5420vlGtRCSgeAjZnn8QJoYufPmJqIRcbNiudyNK/s1600/images.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6c7tshUkRAlw5SICdmJ76jtf8ORV4QaEYuv7j3ILrRtx95oaralVgSe4dpfZGbNnVAoTgyIT7JhDMldJO9n-Qc_WC8FIdfJQr5s0P5420vlGtRCSgeAjZnn8QJoYufPmJqIRcbNiudyNK/s200/images.jpeg" width="200" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El autor intelectual (?)</td></tr>
</tbody></table><div style="text-align: justify;">Si bien es cierto que el 74,23% de los pasajeros cuando viajan, duermen; ¡incluso los que van parados!, es real tambien que un porcentaje significativo va escuchando musica mientras los pozos, las luces de los semaforos y los taxistas son sorteados con diversas suertes.<br />
Ahora bien, en el último tiempo se ha vuelto una costumbre inevitable para algunos pasajeros socializar sus gustos y preferencias musicales, ya no sólo con remeras adolescentes (las que he usado, eh!) de los grupos que mas les gustan ni con gestos ampulosos de cabezazos al aire entre pelos largos y tachas, sino con una posibilidad que ofrecen los pequeños y diminutos aparatos de la incomunicacion por falta de credito, de señal o saturacion de sistema, como son los celulares... <br />
La experiencia cotidiana de viajar en colectivo se ha vuelto musical sin eufemismos y con literalidad; los altavoces de estos "alien duce" nos sumerjen en un confluir de estilos musicales, ¡que no tendria el acento negativo si no fuesen las ocho de la mañana! <br />
Asi como pasa con los que leen y hacen lo imposible para que uno sepa lo que estan leyendo, agarrando el libro de tal o cual forma, lo mismo ocurre con estos solidarios del ritmo, a los que por lo visto, no les alcanza con que viajemos apretados sino que ademas no podamos dormir como el 74,23% de los pasajeros lo hacen...</div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-36474364908588992122010-08-10T13:08:00.000-07:002010-08-10T13:08:33.618-07:00Patas Arriba. Pelos Parados<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEPuxZRQtRhrzEkYUh-ECsDdY4UKc3VVp0nS8OslQMnLdtF6HGQkescBxjOjZ8aaovFgGltnopSw4MtfVg_J95pB2Lo5yztb_W9AAFdhakEnNoQ_kbTp3lFyzjdEL80j6eIxRSsXbCJbt7/s1600/ehhh-a-patear-bondis-loco.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEPuxZRQtRhrzEkYUh-ECsDdY4UKc3VVp0nS8OslQMnLdtF6HGQkescBxjOjZ8aaovFgGltnopSw4MtfVg_J95pB2Lo5yztb_W9AAFdhakEnNoQ_kbTp3lFyzjdEL80j6eIxRSsXbCJbt7/s320/ehhh-a-patear-bondis-loco.jpg" /></a></div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3885646033181750571.post-13665917015108260832010-08-10T09:17:00.000-07:002010-08-10T09:30:51.564-07:00El deseo efimero<div style="text-align: justify;">Una de las experiencias que mas se viven dentro de un colectivo además de viajar como el orto, es la de tener la dicha de tomar un bondi y que suba, luego de que nos sentamos junto a la ventanilla del asiento que permite la compañía, una persona de figura atractiva.<br />
Como quien no quiere la cosa, miramos en derredor para ver cuantos asientos vacíos pueden privarnos de tal belleza. Nos acomodamos mejor en el asiento y disimuladamente miramos por la ventanilla aunque de reojo pispeamos el paso del deseado pasajero.<br />
Vemos que ya evito dos posibles obstáculos vacíos, que se nos acerca, que mirarnos será inevitable pues cuando se esté por sentar a nuestro lado nos correremos emulando dejar bien libre el lugar.<br />
¿Le hablo? ¿Me hago el interesante y saco el libro de la mochila? ¿Dejo caer una moneda para provocar un cruce de palabras y movimientos mutuos? ¿Le pregunto la hora? ¿Que hacemos? ¿Que hago?....<br />
....bajate o dormite qué, como siempre, se acaba de sentar en el asiento de atrás.</div>Federicohttp://www.blogger.com/profile/16542479330388392130noreply@blogger.com1